Surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria…. (Charles Chaplin).

Tenemos nuevo colaborador para el blog, lo será a partir de ahora y espero que por mucho tiempo. Educador Social como yo, tiene unas ideas y opiniones en su cabecita que debieran ser conocidas y reflexionadas por el mundo entero. El se llama Fransi, y aquí os dejo con su primer artículo:

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Surgiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cimas de la miseria…. (Charles Chaplin).

Leyendo, analizando, y reflexionando sobre esta cita; a la que mucha gente la englobará dentro del movimiento antimaterialista, los olvidamos muchas veces de que la miseria es creada por seres humanos hacia sus prójimos. Al igual nos olvidamos que realmente el miserable es el propio individuo que aún a sabiendas de que sus actos pueden causar penurias, malestar, o incoherencias éticas sigue actuando de tal modo.

Os preguntaréis ¿a qué viene esta reflexión? Pues viene a la constante o contradicción típica en la que cae los profesionales de lo social y más aún los educadores sociales, ya que estos últimos tienen más culpabilidad pues son los hermanos menores de otros profesionales que ya nos han mostrado en que se ha fallado y por el camino que no se debe ir.

En definitiva qué pasa con todos aquellos que creen en el término reeducación y no se lo aplican a ellos mismo, aquellos que creen que ya están completados como personas y por lo tanto lo saben todo a nivel de sociabilidad y participación en la educación de los ciudadanos. Qué peso ético tienen todos aquellos que no se perciben como ciudadanos o como portadores de prejuicios, contradicciones personales entre nivel afectivo/social y el profesional.

¿Para cuando se va a reflexionar que la educación social empieza por nosotros mismos? ¿Y por supuesto por nuestras conductas? ¿Para cuando vamos a dejar de pensar que todo lo que hacemos nosotros “educadores sociales” es ya como tiene que ser?

Sin duda lo que para nada vale, es decir, “es que me han educado así”, por que nosotros mejor que nadie (bueno para aquel que fuera a clase a escuchar no a oír), sabemos que no tiene peso ninguno; puesto que lo que ocurriría es una falta de responsabilidad hacia su profesión y su elección supuesta de estilo de vida.

Dirigido para todos aquellos que en vez de ver en un educador social a un compañero, ve a un competidor en las oposiciones; para aquellos que quieren vivir de los problemas sociales en vez de soñar que algún día se solucionarán y no tendremos trabajo, para aquellos que al ver a una persona con problemas lo ve como un letrero en frente que pone 1200€ con pagas extra; y sin duda, para aquellos que aún a sabiendas participan de la exclusión social.

Fransi, un posible radical de la educación; de esto yo no quiero participar