Hoy os traigo un artículo del padre Juan Masiá SJ, al que leo desde hace un tiempo.
Como introducción a este gran personaje os diré que es un Jesuita residente en Japón. Parece o creo recordar que tuvo que salir exiliado de España debido a sus fuertes críticas al catolicismo español, y ante las "amenazas" de la curia española, sus compis Jesuitas le dijeron que no podía seguir evangelizando en España, pero ahí sigue el tío escribiendo y enseñándonos desde Japón (Si es que estos Jesuitas son la leche...)
Si quereis conocer la historia de este gran hombre, mejor que busqueis info más fiable por internet, pero vamos, lo interesante es el artículo que os traigo a continuación. Una serie de apuntes sobre el porqué de la moral actual española y su historia antropológica. Os iré copiando los apuntes futuros que seguro merecen la pena.
Espero que lo disfruteis tanto como yo.
Con todos vosotros, Juan Masiá:
-----------------------------------------------------
OTRA ANTROPOLOGÍA PARA OTRA MORAL-Apuntes-
Prólogo
Están sobre el tapete los pros y contras enfrentados en los debates sobre el celibato opcional de los presbíteros, el acceso de la mujer a la ordenación ministerial, el uso de medios profilácticos para prevenir contagios o evitar embarazos imprevistos, las medidas penalizadoras para los casos de pederastia y otros abusos sexuales, así como los intentos de intervención de instancias eclesiásticas, para condicionar los procesos legislativos de la sociedad civil sobre temas como la interrupción del embarazo o la protección de la dignidad del morir y autodeterminación de las personas ante la muerte.
Cada vez que se produce un caso-noticia, se multiplican en los medios y en la red los artículos de opinión, especialmente desde perspectivas morales, ya sea para justificar o para condenar. Pero, antes de los debates sobre moralidad, urge revisar la antropología subyacente.
La historia de la teología católica es ambivalente. Junto a aportaciones muy ricas en favor de la defensa de la dignidad, libertad y derechos de las personas, especialmente de las más desfavorecidas, es innegable que también arrastra un lastre pesado de deficiencias antropológicas, especialmente en todo lo relativo a la sexualidad, el género, el placer, las relaciones interpersonales, la procreación o la familia. Sin una revisión a fondo, que depure las deficiencias antropológicas, de nada servirán las tomas de posición a favor o en contra de una determinada opción moral.
Por ejemplo, ni la prohibición del preservativo, ni su recomendación resuelven la cuestión del respeto mutuo de las personas en la relación sexual. Ni la prohibición del acceso de la mujer al ministerio ordenado, ni su concesión resuelven el problema de cómo estructurar los ministerios al servicio del crecimiento de las comunidades y de su papel en la sociedad. Ni la tolerancia disimulada del pederasta, ni su penalización más estricta ahorran la necesidad de tratar desde su raíz los condicionamientos educativos, psicológicos y sociológicos de su desviación.
La necesidad de revisar a fondo los condicionamientos antropológicos negativos que han lastrado durante mucho tiempo el pensamiento moral ha sido la motivación para los apuntes siguientes que invitan a revisar la antropología.
Apunte 1
¿Qué consecuencias conllevaría una antropología que considerase la relación carnal como algo en sí malo, que en determinado contexto se permite? ¿ Cómo repercutiría la absolutización literal del siguiente texto agustiniano en la formación de la mentalidad moral de una persona educada con semejante lema?
Dice el obispo de Hipona en su comentario Sobre las nupcias, 2,21,36 (Patrologia latina 44, 457): ...pudenda libidine qui licite concumbit, malo bene utitur. Es decir, que “quien tiene concúbito lícitamente (porque se acuesta con su propia esposa) y lo hace sin dejarse arrastrar por su libido, está haciendo uso bueno de algo malo”. Y sigue diciendo, casi con un juego de palabras picante y retórico, que “con razón recibe esto el nombre de mal, en vez de bien, con lo cuál se ruborizan tanto los buenos como los malos” (Rectius enim accipit nomen mali quam boni, unde erubescunt et mali et boni).
¿Qué manera de ver y tratar a la mujer se fomentaría entre quienes aprendiesen a interpretar la “ayuda de la esposa al esposo” de que habla el libro del Génesis, no como una ayuda mutua de personas que se apoyan para crecer mutuamente en el amor, sino como si la mujer no fuera más que una tierra en la que se siembra semilla? Dice Agustín en su obra Sobre la lectura literal del Génesis (9,3,5, Patrologia latina 34, 394) que la ayuda (adiutorium) de la mujer al hombre se reduce a servir para procrear los hijos como la tierra sirve a la semilla para que germine el tallo ( propter filios procreandos, sicut adiutorium semini terra est, ut virgulum ex utroque nascatur).
En el estilo aún más retórico de un sermón (Sermo 51, 13,22 Patrologia latina 38, 345) llega a decir el obispo de Hipona que “si no fuera porque es necesario para tener nietos, ningún padre en su sano juicio entregaría a su hija en manos del deseo de su yerno”(quis sana fronte dat filiam suam libidini alienae)? Solamente, dice, con esa finalidad de procrear se dan y se reciben las esposas (nisi ad hoc dentur, ad hoc accipiantur uxores )
No hemos hecho más que tocar la punta de la montaña de hielo que veremos en .los apuntes siguientes. Pero ya se ve qué decisivo puede ser el condicionamiento de semejante antropología a la hora de plantear la moral. Más aún cuando se junta con interpretacones sesgadas de la llamada culpa original o con enfoques patológicos del sacramento de la reconciliación... (Continuará).
Fuente: http://lacomunidad.elpais.com/apoyoajmc/2010/9/12/otra-antropologia-otra-moralBlog de Juan Masiá: http://d.hatena.ne.jp/jmasia/
Web de Juan Masiá: http://www.juanmasia.net/