Antes de empezar con la segunda parte de mi experiencia en Budapest, veo conveniente recordaros que participé en un Programa Intensivo (IP) de Erasmus de dos semanas acerca de cómo se pueden utilizar los métodos creativos frente a personas que hacen uso o abusan de drogas.
Existen varios métodos que se diferencian en que unos usan la música y las artes visuales, otros el teatro, la danza, la fotografía o las dinámicas de grupo, etc. Cada uno de los participantes del IP elegía a cuál de ellos apuntarse y aunque estos que he nombrado son los que se nos ofertaron, existen más.
La primera semana nosotros recibimos los talleres y participamos en ellos digamos ‘como alumnos’, aprendiendo al mismo tiempo cómo se deben dirigir tales talleres y la segunda los pusimos en práctica como ‘líderes’ del taller en un centro de Hungría llamado Megálló al que pueden acudir personas jóvenes con adicciones cuando necesitan ayuda.
El miércoles de la segunda semana unimos el trabajo realizado en los distintos talleres y junto a algunos de los chavales con los que trabajamos en Megálló actuamos en el Teatro Merlín de Budapest (e incluso salimos en televisión, AQUÍ tenéis la prueba jeje).
Siguiendo con el colectivo drogodependiente, tras su tratamiento médico de desintoxicación, los métodos creativos, a través del arte, la música, la danza o el drama, conducirían a los ‘clientes’ a su rehabilitación social.
Aunque en Budapest aprendimos a aplicar estos métodos en relación a la prevención y tratamiento del uso y abuso de drogas, pienso que los métodos creativos pueden ser utilizados para trabajar en muchos ámbitos e incluso pienso que deberían estar incluidos en los currículos de las escuelas, por los tremendos beneficios que aportan.
Las compañeras de Holanda explican en el trabajo que realizaron que no hay un método que sea el más utilizado en su país para el tratamiento de las adicciones, sino que se emplean los distintos tipos de terapia (música, danza, drama, artes visuales…) en función de las necesidades que se detecten en los ‘clientes’ y en el grado de motivación en el que se encuentre.
El empoderamiento hace referencia según la Rae a ‘conceder poder [a un colectivo desfavorecido socioeconómicamente] para que, mediante su autogestión, mejore sus condiciones de vida’. Imaginad lo positivo que puede ser empoderar a una personas que ha sido drogodependiente y cuya autoestima y autoconcepto se han podido ver bastante afectados en el proceso.
Cada vez escucho con más frecuencia este término, y si tuviera que emplear una palabra que definiera cuál es el objetivo último del educador/a social en la sociedad, independientemente del ámbito y colectivo del que hablemos, diría que es el de EMPODERAR.
Para concluir con esta entrada, y de cara a la próxima, debéis saber que yo escogí el taller de música y artes visuales y estos son ejemplos de los resultados que se obtienen con este método, que nos mostraron las profesoras el primer día de taller:
Espero poder compartir con vosotros los tres vídeos que hicimos nosotros en el taller durante la primera semana, porque realmente trabajamos duro y conseguimos buenos resultados. ¡A ver si los consigo!
Principalmente, los métodos creativos son muy útiles para involucrar a la gente en cualquier tipo de terapia y una forma estupenda de empoderar y probablemente es por eso que es tan útil para tratar las adicciones.
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